El pasado domingo (un día más en España) llegó a su fin la tercera y última temporada de The Deuce (Crónicas de Times Square) en HBO. Y lo hizo como suelen acabar prácticamente todas las temporadas de las series del showrunner David Simon, o sea, con un montaje musical de patrón fijo basado en mostrar como transcurre la vida de los personajes en el futuro inmediato. Así ocurría en la imprescindibles 'The Wire' y 'Treme', e incluso en la menos conocida, 'Show Me a Hero'.
En esta ocasión, el metafórico y elegante final que tantos elogios está recibiendo es igualmente musical y coral, aunque con menos perspectiva futura que de costumbre y centrando casi toda su atención en el personaje de Vincent Martino (James Franco); nos sitúa en el Nueva York cuasicontemporáneo -la última etapa de The Deuce transcurría en NY a mediados de los 80- para mostrarnos a un ebrio y envejecido Vincent dando un paseo cargado de nostalgia por las concurridas calles de Times Square mientras a su paso le van saludando los fantasmas de su pasado.